miércoles, 1 de octubre de 2008

Un Viaje al Pasado: El verdadero retorno


Día 4

Ya era el ultimo día, habíamos acordado con mi tío el partir a la vez, pero algo se presento lo habían contactado de su trabajo, y decidimos con mis padres adelantarnos a mis tíos. Así que empezamos el camino de regreso, lo recuerdo bien el desayuno y el último día que me levanta adivinen si a las 6:10am jejeje (me hubiera gustado conservarla costumbre). Ese día mi desayuno fue nada mas que te con pan y un huevo cocido (huevo duro) no había nada más; bueno comida del día anterior pero no tenia hambre, no quise ingerir la comida (luego me arrepentí) empezamos el viaje de regreso bajamos el primer cerro tomándonos todo el tiempo del mundo, no teníamos apuro o bueno eso pensamos, bajábamos tranquilos aunque no esperamos al almuerzo, porque habíamos decidido comer en una posada pero para nuestra mala suerte cuando llegamos la señora que atendía dicha posada había ido al puente a vender sus productos, compramos una botella de agua que nos costo 4 soles (si el agua es cara allá es negocio de aprovechados).
Al llegar al puente, nos encontramos con una señora que no era la de la posada con la cual nos habíamos cruzado. Nos compramos una gaseosa (humm haber en otro lado creo que le dicen soda, cola emm no se pero en fin las más conocidas son inca cola, coca cola así que ya sabrán a que me refiero), y adivinen si otros 4 soles, empezamos nuestra tortuosa caminata de nuevo ya que habíamos cruzado el puente nos faltaba el otro cerro, en este si nos demoramos mas de 5 horas, y mientras pensábamos que era de mi tío porque habíamos quedado en reunirnos con él, él tenia la gran ventaja que venia en mula, así que iba a venir mucho mas rápido. Al subir nos encontrábamos con turistas que iban bajando habrán sido algo de 70 en menos de 1 hora, la cosa fue que nuestro viaje de regreso empezó a las 10 am y llegamos a la pampa a eso de las 6pm, y ya no teníamos ni agua, nos agarro la noche y teníamos que llegar al otro pueblo llamado Cabanaconde, empezamos el trayecto no nos quedaba otra solución, esa noche fue la más oscura de toda mi vida, no veía más allá de mi nariz, me hizo recordar la canción del Tri de México una parte que decía: …más oscuro que la negra noche…, no tenia ni linterna así que saque mi humilde Motorola C-115 y comencé a presionar los botones para usarlo de linterna, pero el frío hacía que mis dedos se entumecieran, y me doliera al presionar el botón.
Para mi mala suerte el desgaste de fuerzas me terminaba por agotar, pero solo estaba yo con mis padres no podía aparentar cansancio, y ocurrió lo que no pensé se acabo la batería de mi celular, lo cual mi padre me presto el suyo que también tenia la misma luz azul, yo hacia de vigía y mis padres me seguían de mi dependía que llegáramos al pueblo. Luego de un trayecto bastante cansado, nos fijamos que habíamos llegado al pueblo y eran las 8pm llegamos a una tienda, donde me senté de inmediato no podía caminar nada más había llegado al límite de mis fuerzas. Y en eso después de un breve lapso de tiempo llegaba mi tío montado y con su carga, nos fuimos al próximo poblado donde nos comimos algo, tome un te caliente y con bastante azúcar (tenia que recuperar las energía) llegamos a un hotel que lejos de ser lo mejor, era un poco más arreglado que una pocilga. Dormí no como quería sino porque lo necesitaba, al día siguiente, emprendimos el verdadero viaje de regreso fuimos a unos baños termales donde me tome el baño mas relajante de mi vida, a conocer otros pueblos, museos, no me arrepentí y hasta tengo invitación para regresar al año que viene espero y pueda. Por eso este viaje al pasado es una experiencia que jamás olvidare.

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Grandeza ajena, Respeto propio