jueves, 10 de julio de 2008

¿La venganza del Pescado?



Todo fue rápido, no supe como paso; pero ya estaba yo dirigiéndome al terminal para tomar el ómnibus que me llevaría a mi destino: La Casa de mis Padres.
Tengo que reconocer que si se como paso, mas no tenia ganas de hacer este viaje, pero ya me había comprometido a hacerlo. Opte por viajar un domingo un día tranquilo, sin muchos inconvenientes excepto que el dichoso ómnibus no salía a la hora que yo había pensado, lo que me quedo por hacer fue esperar.
Al iniciar el viaje pusieron una película insulsa que nunca supe de que trato porque me puse a dormir (como tengo acostumbrado para no sentir el viaje). Cuando desperté aun no había terminado la película, y para colmo ya no pude volver a dormir; no me quedo otra opción que ver la película que seguía y por si fuera poco estaba traducida al español (no castellano, sino español de esos que dicen: joder, coño, gilipollas y demás adjetivos que no recuerdo).
Al llegar a mi destino mi padre me estaba esperando en el terminal para ayudarme a bajar mi inusual equipaje (digo inusual porque siempre viajo con 2 maletas, valijas, petacas o como quieran llamarlos) tomamos un taxi que nos conduciría a nuestro destino.
Por fin había llegado a mi casa, desempaque el “ligero” equipaje, y mi padre empezó a cocinar pejerrey (un pescado que me encanta comer) estaba yo deleitando mis papilas gustativas con aquel platillo sencillo, pero que nunca me cansare de comer.
Hasta que hubo un suceso, algo distinto, algo que cambiaria el ambiente en ese momento en el que estábamos en el “momento familiar” junto con mi madre que ya había regresado luego de haber asistido a misa, como buen degustador de aquel plato le pedí a mi padre que me sirviera mas, a lo que el me dijo: párate (lo cual debí hacer) pero le respondí que no que me hiciera el favor de servirme, entonces alcanzándome el plato donde depositaba los pejerreyes fritos.
Fui castigado por aquel plato, no si fue la ultima voluntad (algo atrasada) de esos pejerreyes, que cuando toque el plato sucedió aquel hecho, dicho plato estaba caliente tan caliente que luego de soportar por un breve momento el dolor (creo q duro en mi mano algo no mas de 6 segundos) tuve que soltarlo quejándome, solo para apreciar mi mano roja, fue atendido de una manera rápida, mas ya era demasiado tarde me había quemado.
Me vengo recuperando de aquel suceso no fue un GRAN quemadura pero fue suficiente para hacerme quejar de dolor. Luego de eso hasta bromeaba de lo que me había pasado, ahora solo me queda recuperarme, puesto que me salió una ampolla.
-->

2 comentarios:

mi alma dijo...

Se vengó de su muerte /gg
Qué grande el pescado *0*

andrea dijo...

te voi a ser sincera... no he leido todo..pro me gusta tu forma de expresartee tu forma de elegir temas.. me gustaria algun dia llegar a ser cmo tu!

pasate x mi blog vlee:D

un besiito


Grandeza ajena, Respeto propio